Page 19 - Informe de la Calidad del Aire 2016
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Los resultados indicaron que las estimaciones de los efectos en la morbilidad son generalmente mayores que las estimaciones para la mortalidad. Se ha reportado efectos observados con dife- rentes fracciones de partículas suspendidas que incluyen a las PM10, PM2.5 (partículas finas) y PM10-2.5 (partículas gruesas). La exposición de corto plazo se asocia con cambios en la función pulmonar (ca- pacidad pulmonar y volumen respiratorio), sín- tomas respiratorios superiores (ronquera y dolor de garganta), síntomas respiratorios más bajos (aumento del esputo, dolor torácico y sibilancias). La gravedad de estos efectos es variada y de- pende de la población estudiada. Los individuos sensibles, como los que padecen asma o enfer- medades respiratorias preexistentes, pueden padecer síntomas aumentados o agravados aso- ciados con la exposición de corto plazo.
Brook et al. (2010) describe tres vías proba- bles a través de las cuales las partículas ejercen sus efectos en la salud cardiovascular: pueden activar vías inflamatorias y causar estrés oxidativo sistémico, dando lugar a la producción de cito- quinas proinflamatorias; pueden perturbar el sis- tema nervioso autónomo, lo que conduce a un aumento de la presión arterial, aumento del po- tencial arrítmico y disminución de la variabilidad de la frecuencia cardiaca. Las partículas más pe- queñas (<1 μm), o alguno de sus componentes, por su tamaño pueden ingresar al torrente san- guíneo y causar una mayor constricción de los va- sos sanguíneos, así como un aumento de la pre- sión sanguínea. Cada una de estas vías también puede conducir a la formación de especies reacti- vas oxigenadas que podrían provocar la oxidación del ácido desoxirribonucleico (ADN) e infla- mación sistémica. Algunos componentes prooxi- dantes, como los metales, pueden desencadenar una respuesta inflamatoria en las células (Eiguren- Fernández et al., 2015).
En cuanto a la exposición de largo plazo, nu- merosos estudios han demostrado que existe una asociación entre la exposición a PM2.5 con los efec- tos respiratorios, cardiovasculares y la mortalidad. En la última revisión del documento Integrated Science Assessment for Particulate Matter la US EPA (2009) revisó 15 estudios que evaluaron las exposiciones a PM2.5, dos estudios en donde se consideraron las exposiciones a PM10-2.5 y cinco para las exposición a PM10. La revisión concluyó
que los estudios recientes proporcionan eviden- cia para apoyar una determinación causal entre la exposición a largo plazo a PM2.5 y un incremento en el riesgo de mortalidad, en el caso de la frac- ción gruesa (PM10-2.5) las pruebas son insuficientes para confirmar que existe una relación con el in- cremento en el riesgo de mortalidad.
Numerosos estudios reportan evidencia que indica que la exposición a partículas suspendidas durante el embarazo podría estar asociada con efectos adversos en el producto, con evidencia relativamente consistente que vincula las exposi- ciones a PM2.5 y PM10 con el bajo peso al nacer (Sram et al., 2005; Stieb et al., 2012). Estudios rea- lizados en Estados Unidos, Brasil, México, la República Checa, Corea del Sur, Japón y Taiwán han encontrado que la exposición neonatal y postnatal temprana a las partículas puede con- ducir a un aumento de la mortalidad infantil (US EPA, 2009).
Algunos estudios han encontrado un vínculo entre la contaminación del aire exterior y efectos en el sistema nervioso central, que incluyen la dis- minución de la función cognitiva, la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de Parkinson, así como efectos en el comportamiento y desarrollo en infantes (Block et al., 2012). Los estudios toxi- cológicos sugieren que el daño puede ser causa- do vía estrés oxidativo y sugieren que las partícu- las pueden ser inhaladas hacia los pulmones y trasladadas al cerebro, y que las partículas ultrafi- nas pueden alcanzar al cerebro a través del nervio olfativo (Peters et al., 2006).
La evidencia sobre los efectos en la salud in- dica que algunos grupos de la población son más sensibles a los daños por la exposición a PM2.5 y PM10. Existe una mayor susceptibilidad entre los niños (por efectos respiratorios), los adultos ma- yores (por efectos cardiovasculares), individuos con condiciones cardiovasculares o respiratorias preexistentes, e individuos con ciertos polimorfis- mos genéticos que controlan la respuesta antioxi- dante, regulan la actividad enzimática o regulan los procoagulantes (US EPA, 2009). Algunas prue- bas sugieren que algunos factores adicionales po- drían aumentar la susceptibilidad de una persona, como condiciones inflamatorias crónicas (por ejemplo, diabetes y obesidad) y el estadio de vi- da, siendo las mujeres embarazadas y los fetos in utero potencialmente más susceptibles.
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Informe anual 2016